HISTORIA
DE PASTO
El Pasto de hoy es el resultado de un
proceso social construido a través del tiempo, cuyas raíces se remontan a los
nativos habitantes de Hatunllacta o valle de Atures, con su cosmovisión
integradora de la naturaleza, la economía, el hábitat y la vida espiritual y
que da razón, luego de la imposición de los valores propios de la cultura occidental
desde el siglo XVI en adelante, del papel jugado durante la emancipación de
España, que el resto del país ha juzgado como una equivocación histórica, y de
lo hecho y dejado de hacer desde los inicios de la República hasta nuestros
días.
El Pasto de hoy también es el resultado de su
interrelación con el entorno regional como epicentro de la vida social,
económica, cultural y política del departamento de Nariño con el resto del
País, condicionada por un modelo de crecimiento económico nacional que
concentró los mayores recursos y los mejores esfuerzos, únicamente en los
llamados "polos de desarrollo"; y con el resto del mundo,
particularmente con Ecuador, por ser Pasto parte de la frontera activa con esa
hermana nación.
Este proceso histórico ha perfilado un pueblo laborioso,
inteligente, honesto y de reconocidos talento y habilidad artísticos, que en
ciclos de resignación incomprensible y de rebeldía sin par, ha forjado lo que
somos y ha sentado las bases para construir el futuro que nos propongamos
alcanzar.
El centro vital del municipio es y ha sido a través del
tiempo la ciudad de Pasto, Villa de Pasto en 1537. Como dijera el hispano en
1582 'muy fértil de comidas es tierra muy sana de lindo temple.
La ciudad desde siempre ha tenido como sus referentes
naturales y visuales el río Pasto y el volcán Galeras Viejo rugoso, encanecido
por tempestades y peinado por tolvaneras, es el cósmico padre del paisaje.
En el sector rural, como parte del paisaje natural, La
Cocha o Lago Guamuez, refugio cotidiano del sol, es otro de los referentes
importantes de Pasto; como lo son también los 21 pueblitos que circundan la
ciudad, de gran valor histórico por cuanto conservan aún, la huella de nuestros
ancestros.
Lo disfrutamos por la belleza del paisaje, la variedad de
sus recursos naturales, la bondad y laboriosidad de sus gentes; por su riqueza
cultural que tiene en el carnaval de negros y blancos su más formidable
expresión; porque en lo urbano se cuenta con los servicios públicos básicos
para la vida y para la comunicación con el entorno global; por las
oportunidades de salud y educación.
me parecio ecelente muy bueno pienzo ke ez ell meyor bloj ke e bisto
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